Al-Zeidi “fue golpeado en la sala de conferencia...", dijo el juez que investiga el incidente, Dhia al-Kinani, a la Prensa Asociada. Su declaración es la primera admisión oficial de que Muntadhar al Zeidi haya sido lesionado, admitiendo únicamente que al Zeidi "tiene moretones en cara y ojos".
El incidente que ocurrió el domingo 14, hoy hace 6 días, dejó una larga estela de sangre sobre la alfombra, según reportaron testigos presenciales. Y los millones de personas que hemos visto los videos desde distintos ángulos, fuimos testigos de la situación. Nada de lo que ocurrió allí justifica lesiones severas al periodista, quien aún no ha sido mostrado a la luz pública, por un gobierno incapaz de maquillarlo lo suficiente para borrar las huellas de su atropello.
Los intentos por ocultar torpemente lo innegable no cesan. El susodicho juez añadió que la investigación se hacía de oficio y que al Zaidi podía retirar la denuncia, "si quería".
Teniéndolo bajo custodia, al Zaidi podrá "querer" lo que ellos quieran!
Igualmente se trató de decir que su acto fue premeditado, cuando la visita de Bush fue sorpresiva, y los periodistas reunidos "no sabían" que Bush iba a llegar.
Se ha dicho que ha escrito una carta pidiendo perdón "por su propia voluntad". Innecesario que su hermano explique que lo habrá hecho "bajo presión".
Y ¿por qué esos torpes intentos de negar lo innegable? Porque los usurpadores requieren de nuestra complicidad colectiva para poder adueñarse de nuestras vidas: hacernos sus trabajadores, limitar nuestros movimientos, y dictar nuestros pensamientos.
Al Zaidi le dió voz a esa fuerza volcánica humana, ese instinto de sobrevivencia que reclama calidad de vida para la existencia: paz, respeto, autonomía, bienestar.
sábado, 20 de diciembre de 2008
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